sábado, 28 de enero de 2012

Te salió rana el asunto.

Cambiaste tu misticismo por mediaticidad. Diría que te vistes de mediocridad. Pese a que promesas y "querer seres" dijeron que no a lo mediático. No, nunca y jamás. Y entonces me asusté tanto.

Ahora regalas "te quieros" y sonrisas cual pestañeos. Parece mentira que fueras una caja plomiza y forrada con veinte metros de cinta aislante, casi imposible de abrir. Quién sabe qué escondas dentro de esa tu mente. Quizá sencilla e ingenua. Quizá ingenua la mía. Connotación que maquilla cada palabra y esconde esas mis ganas de asesinarte en ocasiones; y que esas fuertes intenciones ocasionales repriman un "te echo de menos" que grita ahogado y jodido, trastornado, feroz, entrecortado y lacrimoso que nunca deberías haber. Que nunca te ha importado. Muerde la almohada y se ahoga dolorosamente, y joder, "¿cómo es posible explicar un sentimiento?". Y remarco las comillas. Comillas que arañan y hacen surcos en la piel. 
¡Un corte de mangas a la vida! Y a ti. Aún sintiendo sentimientos inmensamente contrarios, pero rabias y me has apuñalado, me has dolido y me dueles.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Muffins