lunes, 1 de noviembre de 2010

Buena terapia.

Nunca pensé que llegaría el día en que yo dijera que me gusta Pereza. 

Siempre empiezo a valorar un poquito más un grupo o una canción cuando consigue curarme una espinita, hacerme ver las cosas de otra manera o introducir la idea de esperanza en mi cabeza, en un momento en el que no la encontraba ni por lo más remoto (exagerando un poco, por supuesto, nunca he llegado a estar tan hundida). Puedo decir que hoy me ha cambiado la expresión de la cara desde el momento en que he encendido el reproductor del móvil y me he metido a la ducha, hasta el momento en el que he salido. Y todo para bien. Sí, al fin y al cabo, la música es como un amigo más. Y vuelvo convencerme, una vez más, de que no podría vivir sin ella.



 
Aunque no lo puedas decir, me quieres, a veces.