lunes, 28 de abril de 2014

I'm not sure if I should show you what I've found.

Que cómo me va la vida, dices. No sé qué contestarte, pero en un intento de aparentar que no me dejaste en cenizas y de que ha sido fácil recomponer mi puzzle de pequeñas piezas, de mi boca sale que la vida me va. Que me va bien, que todo fluye. Ni falta hace decir que no he encontrado lo que tú has encontrado, o que si lo he hecho, no lo tengo a mi inmediato alcance. Ni falta te hace decirme que me ves muy perdida por el mundo. Que tu estabilidad no es comparable a la mía. Lo que no creo que entiendas nunca es que en realidad donde estoy perdida es aquí. Desde que me abriste los ojos, esto nunca ha vuelto a ser lo mismo. Mi camino perdió su rumbo, si por perder se entiende encontrar uno nuevo. Un camino poco estable, pero infinitamente intenso. Cuando en nuestro breve intercambio de frases parece que mi rumbo me ha traído de vuelta a este lugar, me preguntas por qué no me quedé más tiempo allí. Cuando bajo la cabeza, y reflexiono sobre el verdadero motivo en lo que parecen unas horas, te cuento que me vuelvo a Escocia. Entonces me miras como queriendo decir "qué se te ha perdido allí", pero dices, ¿al mismo sitio? Pienso en aquello que se me ha perdido allí y quiero gritar "salvación". Levanto la vista, y con mi media sonrisa quiero darte las gracias, aunque tú no te des cuenta. Gracias por no haberme querido nunca y, sobre todo, por habérmelo hecho saber. Porque por ti fue, en cierto modo, que me marché. Y porque me marché fue, ciertamente, que aprendí a vivir. Porque ese lugar me dio vía libre para mover el mundo es por lo que vuelvo. Porque me dio oxígeno limpio y me hizo creer que se puede sentir sin tocar. Autoconocimiento. Y de eso aquí no encuentro ni un ápice. ¿Y tú te preguntas qué se me ha perdido allí? Ni siquiera podría explicártelo.

domingo, 20 de abril de 2014

Elope with me Miss Private...

...and we'll sail around the world.

Si tú me dijeras "vámonos a conocer el mundo juntos", no cogería ni maleta. Incluso me daría igual que me pillaras en calcetines de toalla. Contigo merecerían la pena las noches en vela hablando del tiempo, y podría aguantar millones de ellas escuchando la manera en la que me cuentas hasta las mayores nimiedades. Porque no es el qué, sino el cómo. Porque no es dónde, sino quién. Porque estoy esperando el día en que me digas que nos veremos pronto.


jueves, 3 de abril de 2014

Kiss me hard before you go.

No sé cómo comenzó la mejor noche de mi vida. La mejor noche de mi vida comenzó de alguna manera ¿a 2.444 km de distancia? En la mejor noche de mi vida salí de un bar y subí a uno de los puntos más altos del pueblo. Amanecía a las 3 am y con un cielo completamente naranja, tres sky-lanterns fueron lanzadas. En la mejor noche de mi vida bajé de ese punto alto para encontrarte en un punto inferior, pero encontrarme a mi misma en mi más alto punto. En la mejor noche de mi vida hubo abrazos en medio de una carretera, guitarras por el suelo de la buhardilla de una casa vacía, techos pintados y un amanecer nublado a las 4 am. Se llenó de música y de una intimidad embriagadora propia de unos seres que no han sentido nunca nada parecido. La mejor noche de mi vida acabó con una lágrima, un sutil beso en un ojo izquierdo para ocultarla y con el reflejo en una ventana de un sólo cuerpo separándose en dos, separándose y dejando una de las dos mitades bajo la lluvia que todo lo juzga y que todo entristece.