viernes, 28 de noviembre de 2014

Viernes de pensar(te).

Cuando, ya empezada la relación con la persona correcta, decidí dedicar una tarde a llorarte a ti, persona incorrecta; a escuchar tu música y pensar en qué tremendo sería si yo estuviera allí y no allá, aun sin estar aquí, supe que tenía un problema gordo. Todavía lo estoy tratando de solucionar desde aquí, porque allá ya no estoy y porque allí no puedo estar. Porque allí no quieres que esté. Y ya no existe tu persona como incorrecta, ni su persona como correcta. Te convertiste en correcto, y su persona en nada. Y de repente me encuentro con nada, y con nada. La nada se hace una, porque tú siempre fuiste único, correcto e incorrecto, todo en uno. Nunca hubo nada, salvo tu todo. El todo que tú convertiste en nada.

Yo que decoré mi habitación de aquí para que tú la vieras. Quedó muy bonita. Pero tú sigues sin venir.