martes, 6 de marzo de 2012

La incomprensión de las lágrimas ajenas.

Esta vez puedo afirmar que he sentido dolor físico relativo a ti y sin ni siquiera recordarte exactamente. Peor que eso. Con notas de "Coming home" irónicamente me sentía más lejos de casa que nunca. Hogar no significa lugar en su totalidad; tú embargaste nuestra casa. Entonces, rebuscando por aquí y por allá en cada terminación nerviosa de mi quemado cerebro, te encontré; y explosivamente "I've never felt so strong". Te visualizo murmurando esa frase y es cuando duele punzante la parte izquierda del pecho. Segundos de lágrimas ahogadas. Luego mueres, y vuelves en forma de flashback, siempre desenfocado, quimera teñida de felicidad. Lo cual entendemos que es falso y el recuerdo se torna lúgubre. A continuación, Villaverde Alto; y adiós, que no hasta luego. Lejos sin apenas distancia de por medio y sin embargo tan conectados por notas de violín.
Me echo de menos.

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